¿Qué hacer con el Informe Draghi?

Hace un año, Ursula von der Leyen pidió al ex expresidente del Baco Central Europeo, Mario Draghi, un informe que debería ser la hoja de ruta de la que será la próxima Comisión Europea. El informe «El futuro de la competitividad de Europa» se presentó este mes de septiembre con un gran impacto en el mundo económico, académico y político en Europa y España, con un gran consenso en el análisis, pero con diferencias en las políticas para llevarlo a cabo.

En un mundo cada día más dinamitado, con bloques geoeconómicos cada vez más marcados, analizar y acertar en el rumbo que debe tomar la economía europea es clave para la Europa de 2050.

¿En qué debemos ser líderes? ¿En qué sectores industriales podemos diferenciarnos de China y Estados Unidos? ¿Cómo alcanzar esa ansiada competitividad? Su propuesta central es la movilización de inversiones de hasta 800.000 millones de euros al año entre dinero público y privado (el equivalente a alrededor del 4,5 por ciento del PIB de la Unión Europea), para acelerar la innovación, abaratar la energía sin renunciar a la descarbonización y reducir dependencias estratégicas, especialmente en sectores clave como el suministro de materias primas y semiconductores.

En palabras de Draghi, «el futuro económico del Viejo Continente depende de su capacidad para implementar una nueva estrategia industrial europea, que cohesione a los veintisiete en un esfuerzo coordinado y eficaz». Además, también advierte de la importancia de la innovación en todas las etapas de la economía, resaltando que no estamos logrando traducir la innovación en comercialización.

Ello nos lleva a tener que plantearnos qué relaciones comerciales debemos tener con Chinaya que, tenemos que restablecer el equilibrio si la competencia sigue siendo deslealNuestra seguridad interna depende, especialmente, de un puñado de proveedores de materias primas críticas y tecnología digital, como son los chips, en los que el noventa por ciento de la capacidad mundial de fabricación de obleas se encuentra en Asia. También, deberemos mirar a Estados Unidos, que con sus modelos de innovación practica y ejemplos como la Ley de Reducción de la Inflación, ha dado gran oxígeno a sus empresas.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, dijo muy acertadamente que «Europa es muy buena respondiendo en modo crisis, como hemos visto con la pandemia o la Guerra en Ucrania, pero ahora debe serlo también en un reto que es más a medio plazo».

En España estamos inmersos en el debate y la negociación sobre la futura Ley de Industria, un granito de arena más para esta tarea que Draghi ha puesto a todos los europeos, ya que la actual Ley, de 1993, no contempla ni la existencia de internet en el sector. Esta futura Ley podrá permitir a las empresas españolas de sectores claves, como el de la automoción, el agroalimentario, el manufacturero o el textil, ser más competitivos.

Nuestra obligación, como políticos y legisladores, es dejar las trincheras a un lado y aprobar una Ley que ayude a la industria 5.0 y la haga más fuerte. Ya que, según los datos, solo el 17 por ciento del PIB nacional es aportado por la industria.

La competitividad, el gran reto colectivo que asume el informe Draghi, será también el tema de debate de los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre de Budapest de noviembre, y debemos evitar que Europa se quede atrás en la escena mundial. Nuestro trabajo debe ser, por tanto, coordinado con una Europa cada vez más compleja en su gobernanza y escorada a la extrema derecha, tanto en el Parlamento Europeo como en los gobiernos de la Unión.

Sin duda, la nueva Comisión Europea, donde la socialista Teresa Ribera tendrá mucho que decir respecto a estos retos, tiene un trabajo inmenso para posicionar a Europa como una economía competitiva y de claro liderazgo.

Autoría: Adriana Maldonado, Diputada del PSN-PSOE.

Sancho: “El PP ni es verde, ni ecológico, ni se cree las políticas de sostenibilidad o les paramos o destruirán el planeta”

La candidata navarra del PSOE, Elena Sancho, ha puesto en evidencia la verdadera cara de las derechas y sus políticas medioambientales donde priman los intereses económicos y no el bienestar y la salud de la ciudadanía. Ha reprochado a la número uno del PP al Parlamento Europeo su propuesta de posponer la producción de motores de combustión más allá del 2035. “Con intenciones como éstas, vemos la verdadera cara del PP, que ni es verde, ni es ecológico, ni se cree las políticas de sostenibilidad o les paramos o destruirán el planeta”.

La postura del PP, “ahora más cercana a la ultraderecha de VOX y también a la ultraderecha europea”, está siendo “la de siempre”. Ya se confirmó con su “famoso” impuesto al sol, que frenó en seco el desarrollo de energías sostenibles en España, “políticas, por cierto, que habían sido impulsadas por el Gobierno progresista de Zapatero”, explica Sancho.

Más recientemente, en Navarra, la derecha ha puesto en cuestión la transición hacia la producción de los vehículos eléctricos, “llevando al terreno político y de la confrontación territorial cuestiones meramente empresariales”, pero sembrando la duda de que la producción sostenible “atacaba los bolsillos de los navarros”. Nada más lejos de la realidad, sostiene Sancho, “el futuro o es verde o no será”.

En la retahíla de despropósitos más recientes de los populares y la ultraderecha está su conocido “timo ibérico” para referirse a la “excepción ibérica”, peleada en Europa por Pedro Sánchez y la ahora candidata Teresa Ribera, para aliviar los bolsillos de las familias aquejadas por la subida del precio de la electricidad tras la invasión de Ucrania.

En transición energética, defiende Sancho, “no caben medias tintas, o se está o no se está”. Lo que no puede ser, añade, “es estar sólo cuando nos conviene para lavar la imagen y ser políticamente correcto y luego no apoyar, donde se debe hacer, las decisiones que no se ajustan a la Agenda 2030”.

Enfrente de las políticas de las derechas, los y las socialistas “defendamos un camino justo hacia una Europa climáticamente sostenible, nadie puede quedarse atrás y eso significa un Pacto Verde Europeo con un corazón rojo”. El compromiso de los socialistas es “liderar la transición energética en Europa”.

La candidata navarra ha insistido en el camino recorrido por la Comunidad Foral de Navarra con cuestiones como los más de 15 millones para la instalación o repotenciación de parques eólicos; casi tres millones de euros para la producción de hidrógeno verde en Tudela; los seis millones para proyectos energéticos en 37 localidades; los 16 millones para la sustitución de combustibles fósiles o los más de cinco millones destinados al reciclaje de palas en Lumbier.

Los socialistas, concluye Sancho, “aspiramos a impulsar la soberanía energética de Navarra, transformar nuestro modelo productivo y avanzar hacia la descarbonización”. Por todo ello “no da igual a quien se vote, votar más PSOE es votar más Europa”.