Tras el Golpe de Estado del 18 de julio, se produce una terrible represión en Navarra contra los elementos afines a la República, en especial, los encuadrados en la UGT, el PSOE y las Juventudes Socialistas, que copan la inmensa mayoría de las casi 3.000 personas fusiladas o represaliadas. Se calcula que, en lo referente a los cargos socialistas, el 80% de sus alcaldes, el 75 % de sus concejales y el 60 % de sus directivos fueron fusilados.
Gregorio Angulo es asesinado en 1937, Constantino Salinas puede huir y se exilia en Argentina, donde fallece. Otros notables socialistas, Ricardo Zabalza es fusilado en 1940 tras la guerra y Julia Álvarez sobrevive, pero muere en el exilio mexicano.