02 Ene 2018 OPINIÓN: «POR UN FUTURO SOCIAL Y EN CONVIVENCIA «

RAMÓN ALZÓRRIZ. SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN DEL PSN-PSOE. DIARIO DE NAVARRA.- Mucho se habla últimamente del famoso procés, del conflicto catalán, de la fractura social en Cataluña, de la atomización o fragmentación de su Parlamento y del futuro difícil y complicado para buscar soluciones políticas a temas políticos que están enquistados tanto en el Parlament como en las calles de Cataluña.

Aquí en Navarra, no de la misma manera, ni con la misma correlación de fuerzas, también hemos tenido y seguimos teniendo tanto en la vida política como en la social un caso con algunas similitudes.

Los años de gobierno de UPN, con conocidas sombras en la gestión, acabaron de la peor manera posible, con un gobierno débil entregado al PP, de manera que los años más duros de la crisis los vivimos con el peor escenario político posible. Una entente de derechas con unas más que cuestionables maneras de hacer política.

La consecuencia, que la ciudadanía navarra compró un discurso de cambio en fondo y forma que se articuló en torno al cuatripartito que hoy sostiene al Gobierno. Pero ese cambio ha frustrado muchas expectativas, muchas ilusiones creadas ante una sociedad que esperaba otra cosa y que se ha dado de bruces con la realidad. Empezando por la confesa posición de la Presidenta, que se dijo Presidenta abertzale de una comunidad que no lo es, marcando así, desde la investidura, una posición que no comparte la mayoría social pero que está marcando la impronta del Gobierno. El cambio esperado no era el de las aspiraciones de un nacionalismo vasco minoritario. Era un cambio social, que pusiera el acento en el empleo, los servicios públicos, la igualdad de oportunidades y la prosperidad económica y social.

Navarra, como Cataluña, aglutina distintas sensibilidades políticas, y por eso, la responsabilidad primera de un Gobierno es respetar e integrar la pluralidad y favorecer la convivencia.

Ese el reto aún pendiente. Articular un verdadero cambio social sin peso nacionalista, y otra manera de hacer política. Eso implica centrarse en el empleo, la sanidad y la educación públicas, atender la dependencia y a los que más lo necesitan, armonizar fiscalmente sin poner el foco siempre en las rentas medias y atacando de raíz al fraude, impulsar un desarrollo basado en la innovación y el talento. Implica también cuidar y cultivar con mimo y respeto a la diversidad nuestra convivencia respetando nuestros derechos históricos sin manipulaciones ni exaltaciones, dejando atrás las peleas identitarias que dividen y fracturan. E implica también creer en la transparencia, la participación y el buen gobierno pero no de palabra sino con hechos.
Esto no va de ganar sino de aglutinar, de respetar, de consensuar, de unir la diversidad para que todo el mundo se sienta representado. Por eso, es necesario un liderazgo de izquierdas y progresista que integre y entienda la diversidad, que no excluya y que sitúe esas prioridades en el eje de las políticas públicas.
Queremos el derecho a convivir y no a decidir, queremos unas prioridades sociales y no identitarias, queremos respeto a la memoria pasada y reciente, queremos respeto a nuestro autogobierno desde la solidaridad. Queremos, en definitiva, un cambio social para un nuevo tiempo en Navarra que mire con optimismo al futuro común desde la diversidad y pluralidad de nuestra tierra.



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