
16 Abr 2017 ¿Y la bandera social?
CARLOS MENA Y KEVIN LUCERO (Secretario General y Secretario de Organización de Juventudes Socialistas de Navarra-NGS) Diario de Navarra – No sabíamos que el Parlamento podía llegar a ser un desfile de abanderados alardeados por tambores que no hacen otra cosa que producir ruido. Creíamos que el Parlamento era un lugar donde la actividad principal consistía en que personas con diferentes opiniones debatían sobre aspectos importantes del día a día de las personas y hacían normas para mejorar la vida de las personas, además de cumplir, claro, con la no menos importante tarea de control al Gobierno.
Ese bochornosos espectáculo del pasado día 30 de marzo no fue más que una cortina de humo para tapar la criticable gestión del Gobierno de Navarra en cualquier aspecto que no sea su ya conocida agenda nacionalista, pero también la nefasta gestión que está haciendo la derecha navarra en su papel de oposición entrando en debates en los que también se sienten muy cómodos, sirviendo así para retroalimentarse mutuamente.
Y nos preguntamos, ¿dónde está la bandera del ese cambio social tan esperado?
¿Dónde está la bandera que reivindique el descenso del desempleo juvenil? ¿O acaso ya no existe ese problema? Pareciera que algunas de esas cuestiones que para algunos partidos eran tan importantes en campaña electoral se han volatilizado.
Nos gustaría que las banderas políticas del quehacer parlamentario fuera esas. El desempleo, el futuro de la juventud y mejorar la vida de las personas. La lucha por los servicios públicos y los derechos de ciudadanía, como los del colectivo LGTBI. Por cierto, fue el PSN-PSOE el que tuvo que tomar la iniciativa y presentar una ley que ampare los derechos de estas personas, como está ocurriendo con otros asuntos de calado, sea el Plan de Empleo, sean las pensiones bajas o la defensa de la Educación Pública y de las becas.
Lo cierto es que de ese necesario y urgente Plan de empleo que el PSN-PSOE propuso al inicio de la legislatura solo sabemos que se hizo una rueda de prensa hace meses anunciándolo pero, como otras cosas, se ha volatilizado y no sabemos qué vida lleva. Quizás porque el necesario diálogo social no es querido por algunos socios políticos y sindicales del Gobierno y ahí hay un freno que perjudica a los jóvenes que sufrimos el mayor paro y precariedad, a los parados de larga duración o a las personas que, por tener una edad, ven cómo el mercado laboral les excluye. Por no hablar de la brecha salarial, de la que somos campeones en Navarra.
Dónde está la bandera de la transparencia, esa que llegó a Navarra de manos del Partido Socialista pero que poco a poco ha ido a menos, hasta quedar a la cola del pelotón de las CCAA.
Dónde está la bandera de la Educación Pública que tanto han defendido en el cuatripartito pero que en realidad han denigrado, favoreciendo con sus decisiones a la educación concertada.
Dónde está la participación juvenil o acaso el gobierno se ha olvidado de la existencia de las personas jóvenes tras elaborar el Plan de Juventud, que de momento no ha servido para nada. La juventud existimos, trabajamos, estudiamos, creamos, innovamos. La juventud es futuro y presente, pero un futuro y presente olvidado por el Gobierno de Navarra.
Pues bien, nos queda claro que su tan vendida Agenda Social, esa que se suponía iba a ser el eje del cambio, ha derivado en una hoja de ruta nacionalista, con la bendición de Izquierda-Ezquerra y Podemos.
¿Creían que aprobando la ley de Renta Garantizada ya cumplían con el compromiso social?, Error. Porque las personas en situación de vulnerabilidad y/o desventaja son muchas. Ahí está el sector de la discapacidad sin un convenio digno, ahí están las personas con dependencia, esperando su prestación, o los problemas de vivienda sin resolver y la dificultad de acceso para muchas personas y familias… Lo social es un mundo extenso y complejo, y desde luego es mucho más que una ley de Renta Garantizada.
No estamos, pues, ante el cambio social que se dijo iba a llegar. No es la Navarra que queremos. No queremos una Navarra excluyente centrada en cuestiones identitarias y en la que no se resuelven las cuestiones prioritarias. A las personas nos preocupa nuestra vida cotidiana, no esos debates que para algunos serán importantes pero que obviamente no lo son para la ciudadanía porque no les resuelven sus preocupaciones, como el empleo, una sanidad sin largas listas de espera, una educación pública de calidad, una política social innovadora y ambiciosa, una manera de gobernar más transparente y abierta que tenga en cuenta a la juventud, en definitiva, eso que es el día a día.
Queremos una Navarra que conviva, buscando lo que nos une y no alimentando lo que nos separa. Una Navarra libre que no esté a la sombra de fantasmas del pasado y que pueda crecer y convertirse en una comunidad referente en materia social.