
03 Oct 2017 Una Constitución nueva para una generación nueva
KEVIN LUCERO (Sº de Organización de JSN-NGS) Diario de Noticias – Nuestro sistema constitucional está en jaque, casi en jaque mate. Y lo está porque la Constitución del 78 se ha quedado anticuada y no es capaz de dar respuesta a los problemas territoriales que sufre nuestro Estado.
Y es que quizá debamos aceptar la derrota de la Constitución del 78 y comenzar una nueva partida, revisar nuestro pacto democrático pero sin perder la esencia que dio vida a nuestra actual Carta Magna, la esencia del diálogo y la negociación. El entendimiento entre distintas personas, formaciones e ideologías fue crucial a la hora de redactar la Constitución de 1978 y debe ser imperativa si ahora debemos revisarla y reformarla.
La España de las autonomías ha quedado anticuada. Las CCAA se han quedado cortas y no satisfacen los deseos de una mayoría social. Debemos apostar por una mayor descentralización del Estado, abandonando las autonomías y configurando una España federal donde las federaciones tengan mucha más autonomía y competencias. Con una España federal, que por supuesto debería ser en forma de república, podríamos resolver la mayoría de los problemas identitarios a los cuales nos estamos enfrentando como Estado. Una España federal que reconozca, en forma de configuración territorial, la realidad en la que vivimos: la plurinacionalidad. España está compuesta de muchas naciones y eso lo reconoce ya nuestra actual Constitución en su artículo segundo. «La Constitución […] reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran».
Además, creo imprescindible el papel activo de la juventud en la reforma constitucional pues creo que somos la juventud quienes estamos más dispuestos a soñar a lo grande. A soñar con un nuevo Estado que garantice en su Carta Magna la protección social real y efectiva de las personas más vulnerables. Un Estado español que se defina constitucionalmente como social, de derecho, pero también feminista y solidario.
Ese sueño de una España solidaria es el de un país capaz de poner fin a la barbaridad de los desahucios, que dé una respuesta al drama de la gente sin hogar, que sea capaz de anteponer la vida de las personas que conforman el conjunto del Estado frente a los intereses macroeconómicos de un puñado de oligarcas que acumulen riqueza a costa de la devastación indiscriminada de nuestros derechos laborales y sociales.
Ese sueño de una España que sepa poner fin a los recortes sociales y que prime y premie la investigación, la innovación, el desarrollo, la educación, la sanidad… Una España que no deje en la estacada a sus personas con diversidad funcional, que no deje en la estacada a nadie.
Y todos estos sueños deben ser los retos de la reforma constitucional y deben ser el reto de la juventud. Porque solo conquistaremos nuestro futuro si nos lo peleamos.
En política no deben existir los tabús. No deben existir las líneas rojas. No deben existir imperativos categóricos ni dogmas sagrados. En política, en democracia, sólo debe existir el diálogo, el respeto y el entendimiento, porque sólo así seremos capaces de dar respuesta a los mayores retos.