
17 Ene 2018 OPINIÓN: «TRABAJAR O HACER MÉRITOS»
CARLOS GIMENO. PARLAMENTARIO DE EDUCACIÓN DEL PSN-PSOE. DIARIO DE NAVARRA 17/01/2018.- Alguien me dijo una vez que hay dos tipos de personas: las que trabajan, y las que solo buscan el mérito. Me aconsejó que tratara de estar en el primer grupo: hay menos competencia.
Lo contrario debieron pensar los responsables de la educación navarra actuales. Porque en lugar de trabajar para todos y todas, con el objetivo de tener una escuela pública de calidad, con un proyecto amplio y plural, lo que han hecho es diseñar otro, más estrecho y singular, más concreto, que exige menos esfuerzos, pero que tiene mucho mérito para los suyos porque contentan todos los “anhelos” del nacionalismo vasco.
Eso sí, decantarse por esa opción tiene algún inconveniente, no menor. Se genera incertidumbre constante en la Comunidad Educativa, se prioriza lo lingüístico sobre la calidad de la oferta y la demanda de la ciudadanía y se provoca tal inseguridad jurídica que, tras dos años y medio de “sobresaliente” gestión educativa, la Presidenta Barkos se cubre de gloria y bate el récord Guinness de los pleitos en Educación.
El Departamento nos tiene acostumbrados a gestionar la Educación por Resolución, alejado de los órganos de participación, impidiendo que las familias debatan directamente con la administración, de las mesas sectoriales y obviando la voz de los consejos consultivos. Se siente más cómodo, porque es más fácil, en la política de hechos consumados, utilizando la educación para sus objetivos políticos.
Cuando se decide a utilizar jerarquías normativas superiores, como ocurre con la nueva normativa del P.A.I., genera méritos indudables. En primer lugar desigualdades, porque hay alumnos que reciben seis sesiones en inglés y otros catorce. Pero ojo, no en cualquier centro. Eso está pasando en centros públicos, de ámbito rural, los que escolarizan alumnado más desfavorecido y en riesgo de exclusión. En segundo lugar, ausencia de justificación porque no justifica ninguna de sus actuaciones tras la publicación del documento de evaluación. El Gobierno firmó un compromiso de revertir los recortes en Educación, pero en la redacción de esta norma subyace la necesidad de mantenerlos tanto en sesiones de coordinación como en jefaturas de estudio. Porque los recursos no existen en la Orden, la Atención a la Diversidad se debe asumir con los medios humanos y materiales que tiene el centro y no el Departamento, algo obsceno cuando la Consejera Solana no para de hacer propaganda con el Borrador del Plan Estratégico de Atención a la Diversidad.
Pero el Departamento acumula algún mérito más. Consigue de forma sorpresiva consolidar lo que apuntaba el Estudio sociológico de Diagnóstico del Programa de Aprendizaje en Inglés de Navarra, el más conocido como DISPAI. En lugar de paliar que en los centros en “despliegue” disminuía la satisfacción, dado que si se incorporaron en los últimos cursos encontraron menos recursos y más dificultades, generando actuaciones compensatorias, incrementan más la misma para que esos centros eliminen sesiones generando desigualdad de oportunidades.
Además pudiera pensarse que el Gobierno velaría por el cumplimiento de su norma, más aún cuando se implantó en contra de la mayoría social y fue tremendamente criticada por Asociaciones de Directores, Federaciones de Padres y Madres y partidos políticos. Pues no.
Según la controvertida normativa, los centros que imparten programas de aprendizaje en lenguas extranjeras deberán elaborar y/o mantener actualizado un proyecto lingüístico específico que sirva de referencia y continuidad para las decisiones y acuerdos tomados por el centro en relación a la enseñanza de las lenguas. El proceso de elaboración del Proyecto Lingüístico de Centro requerirá las responsabilidades de gestión y participación de equipos directivos, coordinadores, claustro y corresponde al Consejo Escolar del centro evaluar el desarrollo del proceso y proponer mejoras. Es la única participación que tienen los padres y madres en este procedimiento así como las Administraciones Locales, que algo tendrán que decir.
Pues resulta que algunos de los centros que en la organización de sus enseñanzas han reducido sesiones en inglés están en pleno proceso de elaboración del citado Proyecto Lingüístico, otros directamente no lo tienen, y alguno ni se ha reunido ni ha convocado al Consejo Escolar para tratar este tema. Lo peor es que el Departamento de Educación lo sabe y no ha hecho ni hace nada.
¿Hay alguien en la administración educativa que supervisa o controla desde el punto de vista pedagógico y organizativo el funcionamiento de los centros y los programas que en ellos inciden?. ¿Alguien supervisa la función directiva y colabora en su mejora continua y en los procesos de reforma educativa? ¿Alguien trabaja o solo hace méritos?
Al Gobierno de Navarra no le gusta el P.A.I, pero ¿puede alguien empezar a entender que el P.A.I. es un valor añadido que se aporta a la red pública y que es un programa de éxito? Ah, claro. Es que eso da mucho trabajo y reporta poco mérito.