
16 Jul 2015 LA AMNESIA DE RAJOY
“Lo que no se nombra no existe”, eso es lo que debió pensar Rajoy el pasado 31 de julio en su comparecencia ante los medios. Con una amnesia selectiva, Mariano Rajoy se “olvidó” de nombrar a las miles de personas que viven bajo el umbral de la pobreza en nuestro país, se “olvidó” de nombrar a los miles de trabajadores y trabajadoras que se enfrentan cada día a trabajos inseguros, temporales y además mal remunerados. Pero lo más grave de todo es que Mariano Rajoy se “olvidó” de nombrar a las cuatro mujeres que acababan de ser asesinadas en nuestro país, dos de ellas menores, poco antes de que el compareciera haciendo alarde de lo magnifico que es su gobierno y el país tan maravilloso en el que vivimos gracias, por supuesto, a sus políticas.
Que Rajoy no mencione la violencia contra las mujeres no es nuevo, la verdad, lo lleva haciendo toda la legislatura. ¿Alguien recuerda una sola vez en la que el presidente del gobierno español haya condenado uno solo de los asesinatos de mujeres ocurridos en nuestro país? Es imposible recordarlo, porque simplemente no lo ha hecho.
Después de 4 años de recortes consecutivos en políticas de igualdad, en recursos de lucha para la violencia de género, y en el desarrollo de leyes que no hacen más que afianzar una sociedad patriarcal y machista, el número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas siguen produciéndose y aumentando numéricamente mientras que el PP permanece impasible.
Los datos nos hablan de la dificultad de muchas de las víctimas para denunciar, para salir de ese entorno de dominación y control por parte de sus agresores y de las dificultades que muchas veces han de afrontar una vez que toman la decisión de dejar atrás ese infierno.
Actualmente, todavía existe la tendencia a dudar del relato de las mujeres, de sus intenciones a la hora de denunciar a su agresor y a poner el foco de atención en unos rostros colmados de sufrimiento que además se llenan de vergüenza por la presión social. Como sociedad, debemos dejar de cuestionarnos la existencia de denuncias falsas, primero porque los datos nos indican que no son reales y después porque cada vez que cuestionamos la credibilidad de una víctima quien gana es aquel que está destrozando su vida y la de sus hijos e hijas.
Como sociedad, debemos exigir vivir en una democracia plena, donde su autenticidad sea una realidad incuestionable; presidida por la igualdad entre los sexos y en la que la discriminación y la violencia de género formen parte de un pasado irrepetible.
La violencia contra las mujeres es, además de un delito, un grave atentado contra la dignidad de las mujeres. La lucha contra la violencia machista debe considerarse una prioridad política, un grave problema de Estado, pues son verdaderos atentados contra la vida, la integridad física, la seguridad y la libertad de las mujeres.
Desde el Partido Socialista llevamos tiempo reclamando que la violencia de género sea considerada una cuestión de estado e instando al resto de partidos políticos que se sumen a un gran acuerdo político y social contra dicha violencia. La acción de los representantes públicos e instituciones del estado debe empezar por impulsar una acción contundente que deje claro nuestro rechazo y nuestra firme voluntad de acabar con el machismo criminal.
Es necesario reorganizar la lucha, implicando a todas las administraciones públicas competentes y a las organizaciones sociales para luchar unidas en la misma dirección contra la violencia de género, sin escatimar esfuerzos ni recursos.
Organizaciones feministas han convocado el 7 de noviembre una gran marcha en Madrid contra las violencias machistas con participación de asociaciones, colectivos, ONGd con un lema claro “Contra las violencias machistas”, y donde los socialistas y las socialistas estaremos presentes uniendo nuestro deseo, al de la sociedad civil, de acabar con un problema social que padecemos las mujeres por el simple hecho de serlo y que provoca daños directos o indirectos a hijas, hijos, familiares, amistades…
Es necesario, que el 7N las calles de Madrid se llenen de mujeres, hombres, niñas, niños y jóvenes para dar un mensaje contundente a los maltratadores de tolerancia cero y de que cada vez que un hombre ejerce algún tipo de violencia contra una mujer lo hace contra toda la sociedad.
Es conveniente y urgente, que el gobierno del PP recoja este mensaje y lo haga suyo reponiendo todos los recortes que se han hecho en la lucha contra la violencia machista, recortes que el proyecto de presupuestos generales del estado sigue sin recuperar, siendo todavía un 17 % menos lo destinado a esta partida en comparación con el último gobierno socialista de 2011.
Es posible que Mariano Rajoy necesite un poco de amnesia selectiva para poder tener la valentía de dar la cara ante una población a la que tanto sufrimiento ha generado, pero ha llegado el momento de dar un golpe en la mesa y exigir al PP que deje de maquillar la realidad y asuma de una vez la existencia de graves problemas en nuestra sociedad, donde sin duda, el más urgente es salvar la vida de miles de mujeres, y de sus hijas e hijos.