
03 May 2017 A vueltas con el manido cambio
RAMÓN ALZÓRRIZ (Secretario de Política Municipal del PSN-PSOE y portavoz PSN-PSOE en el Ayuntamiento de Burlada) Diario de Navarra – Estamos en una época sacra donde, para algunos, las creencias arrecian ante la llegada de la Semana Santa y de las romerías. Así, en nuestra comunidad, las creencias de Cambio Social se han convertido en realidades de tinte identitario. Atrás ha quedado la Agenda Social. Surge la Agenda Nacionalista abrazando banderas y abandonando personas.
Las realidades suelen ser tozudas y no exentas de datos. En esta tierra, de la pasada amenaza de “que vienen los vascos” hemos pasado al “que han llegado y quieren que se sepa”. El reconocimiento de la flamante presidenta hace dos años de que Navarra no era una tierra abertzale ha quedado en agua de borrajas. Las acciones de Barkos controladas por Bildu y acompasadas sistemáticamente por los otrora llamados progresistas, de izquierdas e internacionalistas de I-E y Podemos desdicen lo antedicho.
Olvidado ha quedado un Plan de Empleo sin contenido ni dotación económica; cercenado y paralizado el Consejo de Diálogo Social centro de los avances económicos y sociales en nuestra tierra; en espera las listas de espera; en deterioro constante la educación pública que en esta legislatura es superada por la concertada, ninguneado el PAI; lastrada la Dependencia que no valora y que no llega; estudiado hasta el infinito y mucho más para no realizar infraestructuras básicas como el Canal de Navarra, símbolo de vida y progreso, o el TAP que nos hace competitivos dentro de nuestras fronteras y fuera de ellas. De nada sirve llamar a las puertas de Europa con emisarios convertidos en Delegados de Navarra en Bruselas sino tenemos infraestructuras básicas que posibiliten la inversión y la creación de empleo y la salida de productos de una manera Ramón competitiva. Difícilmente Alzórriz seremos atractivos sin las nuevas autopistas de la vida como la banda ancha en toda Navarra o las viejas carreteras peligrosas y olvidadas de los cuidados gubernamentales. No me olvido de la suficiencia energética o la defensa de la escuela rural o las urgencias rurales que vertebran la comunidad y fijan población.
Mientras, la ikurriña podrá ondear en Navarra con maliciosa libertad. La modificación de las zonas mixtas dejará sin posibilidades reales de acceso a un trabajo en la administración pública a miles de personas que pese a estar bien formadas no saben euskera, vulnerando la igualdad de oportunidades en el acceso a la función pública. Para que eso sea posible, se modificará el decreto del euskera que es el que regula cuántos puntos se le da a una persona por saber euskera. Por supuesto sin tener en cuenta el propio estudio del Gobierno de Navarra y de la Comunidad Autónoma Vasca donde se constata que el 87% de la población no habla la lengua vasca.
Habrá que recordar las caóticas OPEs de Educación donde la necesidad técnica se convirtió en obligación política para contentar a los socios ricos del cuatripartito.
Ni siquiera ha habido cambio en el trato sindical o con Policía Foral; ni siquiera ha sido efectivo el cambio en el Consejo de Navarra; ni ha cambiado el Defensor del Pueblo. Maldita sea, ni siquiera Osasuna ha ayudado a olvidar las penas y ahogar las ansias del cambio social. Igual si en vez de la ikurriña se hubiera aprobado una ley que obligara a poner la bandera de Osasuna en todos los edificios institucionales todo el mundo visualizaría un cambio para unir y no para separar, para reír y no llorar, para sentir y no mentir.
En definitiva, pidamos el cambio social que es necesario y abrochémonos a los símbolos que nos unen para mejorar y no fracturar.