07 Nov 2016 OBEDIENCIA

DIARIO DE NAVARRA – Carlos Gimeno (Parlamentario del PSN-PSOE) El PSN-PSOE ofreció el pasado curso político a la sociedad un Pacto Social y Político por la Educación. Parecía razonable un entendimiento entre las diferentes fuerzas políticas cuando los desafíos educativos son de la magnitud que Navarra tiene por delante. Perseguíamos, y lo seguimos haciendo, un proyecto amplio y plural para contribuir a una sociedad equitativa, con igualdad de oportunidades y con posibilidades para lograr una verdadera calidad evitando el proyecto educativo estrecho y singular que nos ofrece el Departamento de Educación.

Entendimos que la discriminación positiva del euskera en el ámbito educativo se podía llevar a cabo si para ello el Consejero de Educación, al margen de obedecer, entendía la necesidad de crear un proyecto sentido por toda la ciudadanía como común y consideraba las relaciones educativas de carácter lingüístico consensuales, para que pudiesen ser percibidas como justas entre los grupos que gobiernan pero fundamentalmente por los que son gobernados.

Nos parece necesario buscar acuerdos en temas como la Atención a la Diversidad con el objetivo de que dispongan de estabilidad económica y presupuestaria y el sustento social necesario. Con un presupuesto expansivo, en un escenario de crecimiento económico, es el momento de conformar un mapa de educación inclusiva para asignar mayores dotaciones de recursos a determinados centros que así lo requieran o en atención a las condiciones de especial necesidad de la población que escolarizan.

En un momento donde la política social es la bandera del Gobierno, parece fundamental aportar recursos adicionales a los centros en función de las características socioeconómicas de la zona en que estén y del tipo de familias del alumnado. Hay que reducir las ratios en los centros de alta complejidad y en los centros de las zonas socioeconómicamente más desfavorecidas.

Es hora de garantizar una escolarización equilibrada del alumnado con necesidades educativas específicas entre todos los centros financiados con recursos públicos. Ya toca que el Servicio de Planificación Educativa vuelva a denominarse así y deje ser el Servicio de Improvisación Educativa. Lo hemos visto en casos como la previsión para la escuela de Pitillas o en el desastre de la creación de una unidad en la ciudad de Tudela.

Es necesario conocer si el Departamento de Educación, con un mínimo de gestión y menos obediencia, además de analizar la situación de las ikastolas, de fomentar un plan de normalización lingüística para la UPNA, de ampliar la Oferta Educativa Formación Profesional del Euskera, de revisar los modelos lingüísticos en Educación Infantil, de aplicar la Ley Foral 4/2015, piensa en avanzar en cuestiones que para nosotros son fundamentales.

Como las ya citadas pero también en otras. Como el PAI. El Gobierno ha abierto una autopista de tres carriles para que los centros dejen el PAI, mientras se ve con informes y datos su aceptación y resultados. O el equilibrio de la escolarización. Porque el Gobierno ha diseñado un procedimiento especial para las ikastolas de la zona no vascófona pero queremos saber si también va a elaborar otro para subvencionar el transporte de los alumnos de incorporación tardía con el objetivo de lograr ese equilibrio.

Es necesario conocer si el Departamento de Educación, con un mínimo de gestión y menos obediencia, va a buscar el equilibrio entre los principios básicos de inclusión y normalización y el de respuesta educativa ajustada a las necesidades del alumnado. Si va crear un Plan de Inversión en Centros de Educación Especial y un reglamento específico para los mismos.

Parece importante conocer si se va a eliminar la restricción del programa de gestión EDUCA, si se van a diseñar protocolos de inspección que controlen las adaptaciones de acceso en alumnos tanto con TDA-H o con Trastornos de Aprendizaje. Si se va a velar de una vez por todas por la participación colectiva en la elaboración de Adaptaciones Curriculares.

Con un mínimo de gestión y menos obediencia se debe constatar si al margen de exigir que el director del CREENA sepa euskera también se va a potenciar la atención directa, la elaboración de instrumentos de acceso al currículum y su colaboración en la formación del profesorado.

Con un mínimo de gestión y menos obediencia se podrían considerar las plazas en las unidades TGD como de difícil provisión dado su requisito técnico de estabilidad, exactamente igual a las de unidades en zona no vascófona.

La sociedad no se puede permitir el lujo de no atender adecuadamente a alumnos con necesidades educativas por alta capacidad intelectual. Para ello es necesario aunar criterios de identificación, formación del profesorado, atención curricular y extracurricular, desagregar datos por sexos, para averiguar las dificultades de las alumnas…

Con un mínimo de gestión y menos obediencia se podría crear una actitud y un compromiso con muchas personas que quieren una educación inclusiva que implique combatir cualquier forma de exclusión. Personas que no entienden si este es un proceso que nunca se da por acabado porque no comenzamos, o, Señor Consejero, porque no le dejan.

Carlos Gimeno
Parlamentario del PSN-PSOE



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